Con el propósito de fijar entre la población la memoria hidráulica del municipio de La Frontera (El Hierro), así como la peculiar historia de la gestión del agua en medio de un entorno geográfico hostil, la consejería que dirige Migdalia Machín ha otorgado una subvención directa al municipio, por un importe de trescientos cincuenta mil euros, para la adquisición y primera fase de rehabilitación de la casa y pozo de 'Los Villarreal', cuyo fin es albergar el Museo del Agua de la localidad.

Con esta adquisición se llevará a cabo la primera fase de rehabilitación del inmueble al objeto de crear un museo del agua, “que hace justicia al papel que jugó este pozo en el desarrollo del municipio y sus habitantes”, afirma Machín.

Por su parte, el alcalde del municipio, Pablo Rodríguez, ha mostrado su satisfacción y agradecimiento al ser otorgada esta subvención directa “que nos permitirá recuperar una parte importante de la memoria colectiva de los vecinos de nuestro pueblo y que nos retrotrae al inicio de la agricultura intensiva en el municipio de La Frontera y el desarrollo socioeconómico que ello conllevó.”

El Pozo de Agua Nueva, que dio nombre a toda una zona situada del Valle de El Golfo, se perforó entre los años 1917 y 1920 y fue el primero que se hizo para su explotación. La instalación industrial fue promovida por los hermanos Padrón Villarreal, que proporcionaban agua gratis a gran parte de la población en los años de sequía. Gracias a este pozo también se mejoraron y potenciaron los cultivos de papas, hortalizas y caña de azúcar, con la que se elaboraba el famoso ron de Agua Nueva.

Los hermanos Padrón Villarreal, se instalaron en Las Palmas de Gran Canaria y llegaron a formar un potente grupo empresarial como regentes de varios negocios; comerciantes dedicados a la exportación de productos herreños, fueron pioneros en la isla en la creación de una Sociedad de Riego –La Hidráulica Herreña de 1911- con la que pusieron en funcionamiento el Pozo de Agua Nueva. En aquellos difíciles años dieron trabajo a numerosos herreños y sirvieron de sustento a otros tantos en la época de la seca; conocida como la gran sequía que azotó la isla a finales de los años 40.