Miles de artículos, analistas concienzudos, tertulianos avezados se afanan en dar luz o explicar por qué unas determinadas elecciones se ganan o se pierden. Existen múltiples razones: los candidatos/as, la campaña, la habilidad de los contendientes, pero siempre he oído como madre del éxito o fracaso una condición sobre de las demás: la gestión. 

Esta capacidad de administrar lo público, parece ser la circunstancia que influye más en el resultado de una campaña electoral. Así, unos defiendes su trabajo y el contrincante lo crítica y el que más convenza ganará, y digo el que convenza ya que a veces, siendo la gestión buena la ciudadanía no la percibe así, o no la ha visto, no se ha enterado o simplemente no le interesa.

Ciñéndome a esta nuestra isla y concretamente a los municipios de La Frontera y de la Villa de Valverde, la gestión no sumó nada en las pasadas elecciones municipales porque ambos alcaldes fueron barridos sin contemplación a pesar de la buena o muy buena gestión que ambos hicieron en sus respectivos municipios, y por ello, me hago vocero de una frase, que la dijo, hace algunos años, un señor que sabe de eso:” Los votos se cuentan y no se explican”.

Después de mas de un año de celebradas las elecciones municipales, no voy a caer en la tentación enfermiza de explicar lo que es inexplicable, porque habría que entrar en cientos de cabezas para saber el motivo que mueve o inclina la decisión por uno u otro candidato/a, y eso además de imposible es dañino para la salud, por eso, los votos solo se cuentan y se aplauden los resultados.

Dicho esto, el tiempo me permite valorar algunas cosas que están, que se ven, que son tangibles, y son el resultado de una buena gestión que las impulsó, y me detendré en dos que entiendo tienen mayor impacto, más allá de muchas otras actuaciones que se realizaron, y son: el desbloqueo de la piscina de Asabanos y la construcción de la Plaza de Santiago, dos obras que se deben a la gestión del anterior alcalde Antonio Chinea y su corporación.

El techo de la plaza de Santiago, no sé si es bonita o fea, escucho opiniones varias, lo que sé es que me impacta de manera positiva. Ha venido para marcar diseño en una zona llamada a crecer y no sé por qué razón, lo que se vendió como una planificación de desarrollo urbanístico lleva décadas estancada habiéndose realizado allí inversiones millonarias. En mi opinión es un expediente que debe ser desempolvado con urgencia y darle la solución que se estime para un buen desarrollo de la zona. 

Ayer me enteré de que el techado de la plaza de Santiago, simula la reja de un arado romano y me pareció sutil e inteligente de su diseñador, por estar en un lugar emblemático de la Villa donde se celebran las fiestas a San Isidro Labrador cada quince de mayo, y es en sí, un homenaje a la historia del lugar que evoca múltiples vivencias.

En mi entendimiento, también merece mejor trato la escultura de su benefactor y siempre bien recordado don Domingo Pio y colocarla ahora en mejor lugar seria acertado, y propongo mi particular opinión, de resaltar, en un acto de recuerdo una de las frases gloriosas dicha en uno de sus discursos tan esperados en los actos centrales de la fiesta, cuando dijo: “Los jóvenes de hoy, tiene más miedo a la guataca que a la bomba atómica”.

En fin, brillante gestión y necesaria obra que engrandece el espacio y a la Villa entera, donde se mezcla arte, tradición, costumbre y buena vibra.